domingo, 13 de diciembre de 2009

13

¿Sería una broma? Ya eran las cinco y allí no había nadie, solo yo, o lo que quedaba de mi los nervios me consumían, los minutos parecían horas, cinco y cuarto, a partir de ahí nada volvió a ser como antes.
Ninguno sabía lo que iba a pasar después, o eso pensaba yo, pero él lo tenía muy claro, nada lo iba a cambiar.

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